OREMOS POR NUESTRO SANTO PADRE, EL PAPA FRANCISCO

EDITORIAL

“Es al mismo Pedro a quien se dijo: Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Por lo tanto, donde está Pedro, allí está la Iglesia; donde está la Iglesia no hay muerte, sino vida eterna” (S. Ambrosio, Coment. sobre el salmo 12). Hoy, Pedro está enfermo, hospitalizado en el Policlínico Gemelli de Roma, y la Iglesia está junto a él. En oración, pidiendo a Dios que conceda a su Siervo Francisco, a quien puso al frente de su Iglesia, la Gracia de verse libre de toda adversidad, fortalecido con los Dones del Espíritu Santo para ser dócil a lo que el Señor le pida.

El Santo Padre es el “principio y fundamento visible de unidad, tanto de los Obispos, como de la muchedumbre de los fieles” (Const. Ap. Lumen Gentium 23, Ccilio. Vat. II). Por esta razón, sentimos una obligación mantenernos en oración constante por el Papa. Es nuestra manera de contribuir a la unidad de la Iglesia. Es un acto de fe, por el que declaramos creer en que verdaderamente es a quien Dios mismo a elegido para conducir la Iglesia. Es un acto de la más alta caridad, por el cual cumplimos el precepto Divino del amor al prójimo. Es reconocer la fragilidad humana, la propia y también la del Papa; tan necesitados como estamos del auxilio de la Gracia, pues sin ella no podemos progresar, la pedimos al dador de todo bien.

¿Cómo orar por el Papa? Podemos hacerlo junto a otros. Junto a nuestra familia, junto a nuestros camaradas, solicitándolo a nuestro Capellán. Puede ser algo tan sencillo como, con un corazón sincero unirnos en la oración del Santo Rosario, o en una parte de él; Rezar un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria al Padre.

Pero, también podemos hacerlo de manera individual. Podemos elevar una oración a Dios por esta intención, podemos hacer una penitencia o pequeño sacrificio. Nuestros servicios Policiales y labores militares propias de nuestras Instituciones Armadas, ofrecidas a Dios por el Santo Padre, son una forma concreta de practicar la unidad de la Iglesia, “de manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él” (1Cor. 12,26).

DEPTO. COM OBISPADO CASTRENSE.

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