SEMANA SANTA 2025



Domingo 13 de Abril, 2025



“Jesús Dijo: El Hijo del hombre debe sufrir mucho, y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser muerto y resucitar al tercer día”. Lucas 9, 22

COMENTARIO EDITORIAL

Con el Domingo de Ramos damos inicio a una nueva Semana Santa. Volvemos a contemplar a Jesucristo que padece, muere y resucita. Cada año vuelve a repetirse el ciclo, sin embargo, cada año algo cambia. Lo que cambia soy YO.

Nuestro Señor, por medio de su Sacrificio Pascual - sus dolores, muerte y Resurrección -  nos alcanza la VIDA. Sí, vida con mayúscula. Él nos obtiene el perdón de nuestros pecados, la Vida Eterna en la Gloria, la Salvación, el gozo de una vida con sentido en este mundo. Él nos regala un propósito que darle a nuestra existencia...vivir para Él.

Los Cristianos experimentamos en esa muestra de amor de Dios por nosotros, lo que necesitábamos para secar nuestras lágrimas y decir: “no todo está perdido”; “a Alguien sí le importo de verdad”; “quiero esa Vida Eterna que Dios me promete en Cristo”; “quiero volver a encontrarme con los que han partido”; “nunca imaginé que era tan especial e importante para Dios”. Y, dicho esto, no todo es palabras. Sabemos que tenemos que llevarlo a un verdadero cambio. Quien se siente y se sabe tan amado, no quiere defraudar ese altísimo amor que se nos ha manifestado. Mis pensamientos ya no son los mismos, mis sentimientos han cambiado, lo que hago y lo que digo responden a una nueva motivación...el amor de Dios por mí. Puedo, ahora, unirme a San Pablo y exclamar: “Vivo en la fe del Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí” (Gálatas 2, 20).

Cada Semana Santa es incomparablemente diferente a otra. Vengo a contemplar la obra de mi Salvación llevando a la espalda nuevas preocupaciones y dolores, problemas y alegrías que antes no tenía, cargo una duda y busco respuesta, estoy destruido por dentro por el luto de un ser querido y ya quiero Resucitar para darle un nuevo sentido a la muerte, y, también a la vida. Es por esto, que son días de recogimiento. De recogerse en nuestro interior, de mirarnos por dentro, de oír la voz de Dios que habla en lo secreto de nuestra conciencia.

Queridos hermanos. Sabemos que después de Semana Santa seguirán pasando los días y puede ser que todo siga igual, que, en apariencias, nada haya cambiado. Pero, si oyes la voz de Dios no endurezcas tu corazón (Hebreos 3, 7-8) y descubrirás que el Resucitado ha puesto en ti una llama que nada apagará y que alumbrará tu camino.

Que tengan una muy hermosa Semana Santa 2025!



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